Las estrías son cicatrices ocasionadas por pequeños desgarros de las fibras elásticas de la piel. Al producirse un estiramiento brusco, esas fibras se rompen y dejan lesiones que se observan en la epidermis como líneas de diferentes grosores, generalmente de pigmentación rosa, rojiza, blanquecina o pardusca, dependiendo del color de piel de la persona y del tiempo de aparición de las estrías.

En algunas mujeres, las estrías aparecen en la zona de los glúteos, muslos, caderas o brazos, y sobre todo en la piel del abdomen luego de dar a luz o en el área de los senos después de amamantar. No existe una fórmula absoluta para prevenirlas durante el embarazo, aunque, por lo general desaparecen o se notan menos luego del parto.

Nuestro organismo posee mecanismos reguladores que tratan de reparar la ruptura de las fibras elásticas de la epidermis, lo cual ayuda a suavizar la apariencia de las estrías, pero en ocasiones no se logran recuperar por completo, debido a la presencia excesiva de algunas hormonas como estrógenos, corticoides y relaxina que alteran esa regeneración.

Es por ello que, mientras una mujer se prepara para recibir a su bebé, es recomendable que también se acondicione para proteger su cuerpo de las estrías. Sugerimos tomar en cuenta los siguientes cuidados y recomendaciones para prevenir esas antiestéticas cicatrices y después, no adentrarse en una guerra en vano cuando ya se han plasmado permanentemente en la piel.

Durante el embarazo aplicar cremas anti estrías todos los días.
Por lo menos dos veces diarias: en la mañana y en la noche, tanto en la barriga como en los senos, para evitar que ni una sola de estas pequeñas cicatrices se formen en tu piel. Si es de las futuras mamás propensas a engordar, también debería aplicar crema anti estrías en las piernas y los brazos para prevenir esa desagradable aparición.

Usar cremas con compuestos que estimulen la regeneración de la piel.
Los ingredientes principales que debe contener una crema anti estrías son vitaminas A y E, centella asiática, aceites de rosa mosqueta y jojoba. Estos componentes actúan eficazmente como bioestimulantes para el crecimiento celular.

Evitar utilizar productos que resequen la piel.
Algunos artículos de cuidado e higiene personal, como geles y jabones de baño, pueden resultar abrasivos para la piel. Lo ideal es usar productos de glicerina o que tengan un ph neutro. Para mantener hidratado el cuerpo tanto por fuera como por dentro es muy importante usar cremas especializadas. Sin embargo, es esencial la ingesta de abundante agua, lo más recomendable es tomar al menos dos litros al día.

No vestir ropas ajustadas.
Las prendas de vestir holgadas y cómodas que sujeten pero no aprieten la piel, son lo indicado sobre todo para aquellas zonas que han sido afectadas por las estrías.

Controlar y mantener un peso saludable.
Es preferible aumentar de peso en forma gradual durante la gestación, sin exceder la cantidad recomendada por los obstetras que por lo general oscila entre 10 y 15 kilos, como máximo durante los nueve meses.

Mantener una alimentación sana y balanceada.
Una dieta rica en alimentos naturales, especialmente aquellos que contienen vitaminas, como las verduras, frutas y vegetales, ayuda a renovar los tejidos rotos o a prevenir su ruptura.

Evitar exponer la piel al sol.
Los rayos ultravioletas a los que se somete el cuerpo al llevar sol, aceleran el proceso de resequedad de la piel. En la playa o sitios al descubierto, utilizar siempre bloqueadores solares con alto factor de protección ya que la piel está propensa a deshidratarse con mayor facilidad.

En cualquier caso, lo esencial para evitar las estrías es procurar mantener la piel hidratada, tonificada y elástica, con la puesta en práctica de estos sencillos consejos, incluso desde antes de quedar embarazada y, por supuesto, poniendo especial cuidado durante los últimos meses de gestación, cuando la piel se estira a un ritmo más acelerado.