Las frutas y hortalizas como: auyama, mandarina, zanahoria, tomate, albaricoques, espinacas, algas, alfalfa, coliflor, repollo, kiwi y fresas contienen vitaminas y minerales necesarios para mantener nuestra piel sana y joven.

Las vitaminas A, C y E contribuyen a darle a la piel el aspecto terso y liso que todos deseamos. La vitamina C es necesaria para la salud de la piel; activar sus defensas y otorgar resistencia a las agresiones. Además, interviene en la síntesis del colágeno, proteína que constituye el tejido cutáneo y le otorga sostén. La vitamina E es un antioxidante por excelencia. Protege y ayuda a mejorar el tejido celular, contrarresta con eficacia el envejecimiento y ayuda a mejorar la circulación sanguínea, un factor determinante para la salud de la piel.

Además, estos alimentos contienen minerales relevantes para el buen aspecto de nuestra piel, tales como: 

La leche se utiliza en diversos productos de belleza, los más comunes son los jabones, las cremas y los baños de leche. El éxito tiene que ver con que los productos elaborados sobre la base de leche suavizan, humectan y nutren la piel. 

Los beneficios de este líquido responden a que el ácido láctico presente en la leche es uno de los mejores exfoliantes e hidratantes que nos brinda la naturaleza. El suero lácteo estimula la producción natural de colágeno y, por si fuera poco, la leche también nos entrega hidratos de carbono, proteínas, vitaminas, minerales y mucho calcio. Estudios le atribuyen otros beneficios como poseer bioproteínas que ayudan a retener la humedad y biotina que actúa como protector frente a las agresiones externas.

La miel ha sido utilizada desde hace miles de años en cientos de productos para el cuidado de la piel. En la actualidad se emplea en la elaboración de artículos cosméticos como cremas, jabones y mascarillas que se destinan al cuidado del cutis, la cara y el cabello, entre otras aplicaciones. Depende de cómo se mezcle, puede ayudar a restaurar, limpiar y alimentar tu cutis. 

Gracias a su alto contenido de azúcar, un simple tarro de miel de abeja de buena calidad es suficiente para mantener perfectamente hidratada la piel. Digerida, la miel es rica en vitaminas del complejo B, carbohidratos y minerales tales como: calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, sodio y zinc.